Hablábamos de trabajo, yo del mío y tú del que estabas buscando. Yo me ponía gris y te decía que lo mejor era que asumieras que un trabajo es a fin de cuentas sólo eso, un trabajo, que buscases tu realización en otro lugar.
Y cuando ya pensaba que me ibas a mandar a la mierda, simplemente preguntaste:
- ¿A ti qué trabajo te haría feliz?
- Violoncelista – dije yo, casi solapando mi respuesta a tu pregunta y con una enorme sonrisa de seguridad en la boca.
- Pero si tú no tienes ni idea de tocar el violoncelo!
3 comentaris:
yo te imagino perfectamente de violoncelista....yo sería feliz siendo directora de orquestra....me acuerdo de observar el concierto de año nuevo con unos ojos más grandes que un búho...besos
no esperaba menos de ti :)
te mando un abrazo antiestancamiento, jeje
A ver, a ver... sin exagerar. Eres alta y tienes los brazos largos. ¿No sería mejor que robaras balones como Ricky? ;)
PD: la imagen del cello abrazado habla por sí misma.
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