Cuando me desperté, todo estaba inundado y el cielo era de un gris intenso, casi negro. Salí a la calle asustada, el agua me llegaba por la cintura. La gente corría en todas direcciones hacia ninguna parte. Doblé la esquina y allí estabas tú, encima de una lancha.
- Vamos ven -y me tendías la mano sonriendo.
- ¿A dónde?
- A que te salves.
dimarts, 15 de novembre del 2011
Escrit per Laura a 12:15 p. m.
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