En una playa de El Puerto de Santa María, la arena más próxima al agua está recubierta de gran cantidad de conchas y otros restos de animales marinos. Por la noche, las olas rompen sobre esta superficie y desplazan las pequeñas conchas que, al chocar suavemente las unas con las otras, generan un bonito sonido que se repite acompasadamente.
En realidad, este mismo fenómeno ocurre también durante el día. Se trata de una más de aquellas cosas que, aunque existan todo el día, sólo puedes percibir durante la noche.
1 comentari:
Ja tens raó. La nit és màgica quan ens abraça la calma i el silenci. Aleshores, sembla que neixi un nou món de sons i fins i tot d'olors. I és que el sentit fort, la vista, queda al nivell dels 4 sentits restants.
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