divendres, 10 d’agost del 2007

Pasatiempos

El paso del tiempo me produce un vértigo insano. Me obsesiona que los minutos pasen y no ser consciente de ello, porque tenemos un número finito de segundos para poder vivir. Por eso, no hacer nada es una de mis actividades preferidas. Es el único modo que he encontrado de poder controlar cada segundo que pasa. Consiste en mirar fijamente las agujas de un reloj y tomar conciencia de que cada uno de los movimientos de la aguja es un segundo que pasa. Cada uno de esos instantes ha existido, incluso ha podido tener un nombre propio, y yo he estado ahí para darme cuenta.

Y mientras tanto, algunos hacen sopas de letras, crucigramas, sudokus o cualquier otro tipo de pasatiempo.

10 comentaris:

Pau ha dit...

Tenemos un número finito de segundos para hacer cosas. No hacer nada no es una actividad que aporte a la persona motivos para seguir contando los segundos que pasan... Estoy en franco desacuerdo con este post tuyo y exijo su retirada inmediata, jejeje

Laura ha dit...

No presumía de mis obsesiones. Más bien era un acto de autoinculpación. Estoy de acuerdo contigo.

Pau ha dit...

No estoy de acuerdo en que estés de acuerdo conmigo.

Laura ha dit...

En ese caso te diré, porque me gusta complacerte, que no estoy de acuerdo contigo en la retirada del post, y aquí se queda.

Pau ha dit...

Si estás en desacuerdo conmigo, no mereces que te cuelgue más comentarios a este escrito que no me aporta más que motivos para dedicar unos minutos a la introspección para ver si soy capaz de contar todos los segundos al día en que digo tonterías...

tonina ha dit...

igual la solución sería algo intermedio, que ni que el reloj sea nuestro protagonista, ni tampoco nuestro antagonista...
ojalá pudiéramos deslizar por los segundos..
totalmente de acuerdo con los pasatiempos, nunca me ha gustado eso de hacer algo simplemente para pasar el tiempo..

Anònim ha dit...

el paso del tiempo....... me obsesiona........ y mi forma de "intentar" controlar esa obsesión es hacer cosas... no soporto sentarme a esperar que pase el tiempo.... debo hacer algo, leer, cocinar, escribir, lo que sea... y a veces ese lo que sea se convierte a su vez en obsesión.... porque no hay suficiente tiempo para abarcar todo lo que hay por ahí...... para conocer todos los pueblos que existen, con sus culturas diferentes... y los idiomas a través de los que podemos comunicarnos... y las gastronomías típicas y diferentes....... y a veces me duele tanto la cabeza que parece que me va a explotar.....

Pau ha dit...

Ser consciente de que todo es infinito, excepto nuestro tiempo para vivirlo, es el primer paso hacia la felicidad.
No quiero ver muchas cosas, quiero disfrutar plenamente de las que vea, aunque siempre fuera la misma...
Dar unos pasos en un camino que sé que es infinito es maravilloso. Da igual no llegar a la meta. Lo importante es el paisaje: no el visto ni el que queda por ver, sinó el que se está viendo.

Laura ha dit...

Ai Pau... qué bien hablas... Creo que voy a actualizar esta entrada... tengo un plan... uuhh!

Anònim ha dit...

la verdad es que saber que mi tiempo es limitado me provoca de todo menos felicidad.... disfrutar de la plenitud de lo que me rodea y de cada momento que vivo es algo que me llena de satisfacción y verdaderamente me hace sentir esa felicidad de la que hablas pero no precisamente porque mi tiempo sea finito.... pero que bello es saber que no todos sentimos/opinamos lo mismo... jeje