dilluns, 10 de setembre del 2007

10 de setembre

Además de ser el día previo a la Diada, en mi casa el 10 de septiembre es un día festivo. Celebramos que todo sigue como nosotros estamos queriendo que sea y, pese a que no engalanamos la casa, ni montamos un gran sarao con collares hawaianos y matasuegras, estamos contentos y felices.

Somos expertos en celebrar las cosas a nuestro modo. Aún recuerdo nuestra primera cena de fin de año juntos, en tu piso compartido, con un hule de flores y calamares y patatas fritas como menú. Yo levantaba el vaso (de nocilla) para brindar sin pronunciar palabra, pero por dentro deseaba que fuésemos capaces de mantener eso para siempre.

Y así sigue siendo. Porque las playas de las Seychelles no son nada comparadas con un chapuzón en nuestra piscina en Prenafeta y la lluvia constante de Donosti nos divierte mucho más que el Tutuki Splash de Portaventura.

Esta noche, cuando cerremos las puertas de nuestros 50 metros cuadrados y nos quedemos dentro, yo no sacaré un pastel con 33 velas, y tú no esperarás que te regale una Playstation. Yo estaré inquieta por haber sido incapaz, una vez más, de obsequiarte con lo que te mereces y tú dirás que no importa. Y mañana abriremos los ojos en día festivo, y harás pucheros. Yo te preguntaré “¿qué pasa?” y tú dirás “estoy enfadado porque no me regalaste nada”. Nos reiremos y saldremos a desayunar. Yo levantaré la taza de café con leche sin mediar palabra, pero internamente desearé de nuevo que sepamos mantener siempre esto.

3 comentaris:

Pau ha dit...

Eres tan guapa como escritora. Y además, te quiero infinito.

Un besito. ¡Y gracias!


Pau

Anònim ha dit...

Ploraré per l'entrada i la rèplica!!!Què xulo!i ara en conya pareixeu na fresita i n'Alberto Cortez

Anònim ha dit...

Collons! Feia temps que no et visitava. Fareu plorar al personal, però de gust. Enhorabona!