diumenge, 9 de desembre del 2007

Contra la pared


A cinco centímetros, delante de mí, una enorme pared me impide avanzar. Me obceco en encontrar la manera de que mi cuerpo pueda atravesarla. Llevo tanto tiempo intentando dar con la solución al problema, que por momentos creo que estoy delirando. Imagino que mi mano atraviesa la capa de ladrillos y cemento, detrás de ella puede ir el resto del cuerpo.

No soy tan racional como todos piensan y sí creo incluso en que un milagro pueda ayudarme. O que de pronto las leyes de la física puedan volverse del revés. Estoy mereciendo una solución porque le estoy poniendo todo el empeño. Y en mi mundo irracional y único, uno obtiene siempre lo que merece.

Pero por un momento dejo la mente en blanco. Si mi cuerpo pudiese atravesar esa pared, entonces eso no sería una pared, ni lo que atraviesa sería un cuerpo. Estaba tan cerca de la solución, que nunca estuve más lejos. Decido dar media vuelta y caminar hacia atrás. Esquivar el obstáculo no tiene que ser menos digno.