dijous, 20 de desembre del 2007

Travesía

Mañana nos vamos a Mallorca. Pasaremos entre siete y ocho horas en el ferry que une Barcelona y Palma. Lo que para muchos es un viaje pesado, a nosotros simplemente nos gusta hacerlo.

La salida del puerto de Barcelona es una despedida tranquila, necesaria para tomar conciencia de lo que queremos aparcar por unos días. En alta mar, sólo rodeados por el mediterráneo, hacemos planes para los días que tenemos por delante, aunque habitualmente no avanzamos más allá del “qué bien vamos a estar, verdad?”. Y el instante en que se reconoce por fin en el horizonte la silueta de la isla es invariablemente emocionante.